“Acepté que sería dramaturgo o me iba a arrepentir toda la vida”

La obra Tu amor será refugio, con la que Juan Ignacio Fernández obtuvo el primer premio del Concurso de Artes Escénicas 2018 del FNA en la categoría Dramaturgia, se estrenará el 7 de junio bajo la dirección de Cristian Drut.

Juan Ignacio Fernández estudió Comunicación en la Universidad de Buenos Aires, pero ya desde la primaria supo que lo suyo, en realidad, era escribir escenas. Realizó seminarios de Dramaturgia con Mauricio Kartún y talleres de obra con Andrés Binetti, Ariel Farace, Ariel Barchilón y Marcelo Bertuccio, entre otros, y logró varios premios en concursos como el del Instituto Nacional de Teatro, de la Comedia de la Provincia de Buenos Aires y de Argentores.

Para el Teatro San Martín adaptó, junto con Guillermo Cacace, la obra Platónov, de Antón Chéjov, que se estrenó en la sala Casacuberta en 2017. Su Variaciones sobre la espera fue seleccionada en el concurso internacional de dramaturgia organizado por el Corredor Latinoamericano de Teatro y representada en Chile.

Tu amor será refugio obtuvo el primer premio del Concurso de Artes Escénicas 2018 del FNA, en la categoría Dramaturgia y será su primer trabajo con el reconocido director Cristian Drut. En él, dos hermanos en crisis regresan a la casa de su madre en el campo para reencontrarse con ella, con las mismas preguntas y los mismos miedos de chicos.

Después de varios meses de trabajo, se estrena el viernes 7 de junio en el Centro Cultural Morán (Pedro Morán 2147, CABA) con un elenco integrado por Luciano Ricio, Yanina Gruden, Matilde Campilongo, Aldana Illán, Ignacio Henriquez y Alejo Sulleiro. “Es una obra sobre crecer y los desafíos de ser adultos. Creo que termina dependiendo más del que la lee o la ve, que de la obra en sí. Es huidizo el tema”, asegura.

-¿Es un texto que apela a los vínculos familiares para paliar el desamor? ¿Por qué los vínculos suelen ser un tema recurrente en el teatro?

-En realidad en este caso, los vínculos familiares más que refugio son un lugar dónde no hay respuestas. La obra sí se pregunta sobre el amor. Se pregunta y, obviamente, no puede dar ninguna respuesta. Imagino que lo vincular, por un lado, permite una clara identificación, nos permite obviar un montón de información que cualquier espectador sabe sobre la relación entre padres e hijos, hermanos, parejas, amigos. Y sobre ese conocimiento común, establecido, trabajar la variación. Jugar con eso. Difícilmente en la sociedad se pueda prescindir de lo vincular y en el teatro, tampoco.

-¿Cómo fue trabajar con Cristian Drut por primera vez?

-Había visto sus últimos trabajos y me entusiasmaba la idea. El proyecto nació de las intenciones de trabajar con algunos de los actores que son parte del elenco ahora. Ya con el texto, lo contactamos, lo leyó, le interesó y ha sido un camino muy interesante.

Siempre que puedo me interesa participar en el proyecto de puesta; aprendo, sigo trabajando el texto. En mi caso -que el rol de director por el momento no me interesa-, ver esas tensiones del texto con el cuerpo de los actores, las construcciones y los sentidos nuevos que se generan me permite terminar de entender la obra. Participar de los procesos vuelve a hacer carne todo, sobre todo cuando son obras muy personales, y a la vez, ya uno no está solo, ya está acompañado por los actores, por la mirada del director. Hay algo más colectivo que no me quiero perder, que está más relacionado al teatro que a lo literario.

-¿Cuándo decidiste ser dramaturgo?

-Creo que todo nació en un acto desastroso de la primaria dónde hice de granadero, una de las peores representaciones que se hayan dado en algún acto escolar, con muchísimos tropiezos que me empujaron a no querer actuar más. Y para no actuar, la actividad que me pidieron fue escribir las escenas. Esos son los primeros recuerdos que tengo sobre mi relación con la escritura, las escenas de mi grado para los actos escolares. La decisión vino muchísimo tiempos después, alrededor de los 30. Acepté que hacía esto o me iba a arrepentir toda la vida.

-Ganaste varios premios por tus obras. ¿Un autor puede saber cuándo un texto es material para concurso?

-No creo que se pueda saber. Por lo tanto, la recomendación sería que siempre hay que presentarse y que se joda el jurado que tenga que leer un montón de obras. No le evitaría ese laburo a nadie. En mi caso, soy un escritor bastante social. Mis obras suelen ser trabajadas en talleres; en este caso, bajo la tutoría de Andrés Binetti. Además de su invaluable revisión, las obras suelen ser leídas por varios compañeros que son también increíbles dramaturgos. Eso asegura ciertas cosas, como poder entender cuándo una obra ya está lista para presentar a un concurso o para comenzar a ser trabajada por algún director.

login