Cueva de las Manos: un viaje para reencontrarse con los antiguos pobladores patagónicos

En estas vacaciones, el arqueólogo Carlos Aschero, quien recibió un Premio a la Trayectoria Artística 2017 en la disciplina Patrimonio, sugiere visitar uno de los sitios arqueológicos y de arte rupestre más interesantes de nuestro país, declarado además Patrimonio de la Humanidad.

“Si hay un sitio emblemático para el arte rupestre de la Patagonia argentina, ese es la Cueva de las Manos. Contiene las imágenes visuales de los cazadores-recolectores que poblaron el noroeste de Santa Cruz desde los 10.000 años AP (N de la R: Antes del presente) y que utilizaron la cueva, los paredones y los aleros bajo roca que conforman el complejo entre los 9500 y los 2500 años AP”, asegura Carlos Aschero, licenciado en Ciencias Antropológicas, con orientación en Prehistoria y Arqueología, y ganador de un Premio a la Trayectoria Artística del Fondo Nacional de las Artes en 2017 en la categoría Patrimonio.

El sitio -declarado Patrimonio de la Humanidad por las Unesco- se encuentra en el área del Alto Río Pinturas, entre las localidades de Perito Moreno y Bajo Caracoles, y está inmerso en un impresionante cañadón que alberga a numerosas especies vegetales y animales, muchas de las cuales sólo se encuentran en esa región.

El nombre del sitio proviene de la presencia de más de 2000 negativos de manos, muchas esbeltas y de apariencia femenina pero siempre izquierdas. “Hay manos de distintas medidas: la media es una mano ligeramente menor a la de un adulto masculino actual. Son manos muy delgadas que parecen femeninas, pero el problema de la gracilidad de ellas es que tienen que ver con la forma de imposición y con la técnica utilizada, que al sopletear la pintura alrededor de la mano reduce el tamaño original”, precisa el arqueólogo. “Lo importante de esto -sigue- es que la diferencia de tamaños está indicando que todos los grupos de edad están presentes en estos sitios, que no es un arte restringido a un grupo de edad solamente”.

Para acceder a la Cueva se puede utilizar la emblemática ruta 40 y, al llegar, los turistas pueden recorrer primero el Centro de Interpretación, cuyo guion museológico fue realizado por especialistas del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL). Allí se ofrece un panorama sobre el modo de vida de las poblaciones originarias, las características medioambientales y la historia de los primeros exploradores. Además, se puede ver una excavación arqueológica y conocer las técnicas del arte rupestre. 

El Centro le permite a aquellas personas que visitan el lugar y que por alguna razón no pueden recorrer el largo circuito entre rocas un espacio para acceder al conocimiento del lugar.

Otro punto imperdible de este viaje al pasado es visitar el Museo de Arqueología “Carlos J. Gradin" en la localidad de Perito Moreno, que fue creado a instancias de los vecinos y que lleva el nombre del que fuera uno de los primeros investigadores de la Cueva de las Manos.


Manos como sellos

No se sabe fehacientemente porqué los antiguos pobladores de la Patagonia pintaban sus manos sobre la roca, pero sí que este es un motivo universal que aparece en muchos sitios alrededor del mundo. En el sitio web de la Cueva, se explica que como los chicos de jardín de infantes que plantan sus manitos, es probable que los antiguos pobladores patagónicos quisieran dejar su impronta, su sello personal de identidad. 

“Desde las escenas de cazas colectivas, con el guanaco como presa predilecta, pasando por las representaciones de tropas de guanacos asociadas a signos geométricos simples -sin escenas de caza colectivas- hasta las representaciones de carácter mitográfico, todas acompañadas por negativos de manos, esta secuencia muestra un permanente retorno al sitio testimoniado por las numerosas superposiciones entre las representaciones de los distintos estilos. Así, la Cueva de las Manos se muestra como una suerte de archivo de la memoria social de esos antiguos cazadores-recolectores de la Patagonia meridional argentina”, define Aschero.

En la web cuevadelasmanos.org, los turistas pueden encontrar toda la información para organizar la visita. Las fotografías del sitio pertenecen al archivo fotográfico del programa “Documentación y Preservación del Arte Rupestre Argentino”. Proyecto “Conservación y Gestión Sostenible del Patrimonio Cultural Cueva de las Manos: 10.000 años de Historia en la Patagonia”. INAPL, Secretaría de Gobierno de Cultura. Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología.


Sobre Carlos Aschero 

Es investigador, arqueólogo y profesor universitario, Carlos Aschero nació en 1946 y se graduó en Ciencias Antropológicas, con orientación Prehistoria y Arqueología en 1974. Sus temas centrales de investigación fueron el arte rupestre y la tecnología lítica en la Puna de Catamarca (Antofagasta de la Sierra), la Puna jujeña (Azul Pampa y Coranzulí) y la cuenca del Río Pinturas en la Patagonia meridional.

Como resultados de estas investigaciones, participó en la construcción de dos Centros de Interpretación en las localidades de Antofagasta de la Sierra (Punta de la Peña-Catamarca) y en Coranzulí (Jujuy), y en el área de Río Pinturas, donde está ubicada las Cuevas de las Manos, colaboró activamente con el guion museológico del Museo C. J. Gradin.
En 2017 recibió el Premio a la Trayectoria Artística del Fondo Nacional de las Artes en la disciplina Patrimonio.

Actualmente es investigador principal del CONICET en el Instituto Superior de Estudios Sociales del CCT-Tucumán y en el Instituto de Arqueología y Museo de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Tucumán. 

Aschero en la Cueva de las Manos.
Archivo fotográfico del programa “Documentación y Preservación del Arte Rupestre Argentino”.
Archivo fotográfico del programa “Documentación y Preservación del Arte Rupestre Argentino”.
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