“El arte es un disparador que enciende el propio pensamiento”

De paso por Argentina, para conocer artistas locales, Ralph Rugoff, director artístico de la Bienal de Venecia, habló sobre la próxima muestra y explicó porqué cuando conoce nuevos artistas necesita experimentar un “estado de confusión”.

Ralph Rugoff es, hoy, uno de los hombres más observados de la escena artística internacional. Su trabajo como Director Artístico de la Bienal de Venecia pone bajo los reflectores a este periodista y crítico de arte que en 1990 dio un salto y curó su primera exposición, Just Pathetic. Con ella inauguró un camino curatorial en el que nunca faltó la audacia, la intención de cuestionar y la propuesta de nuevas ideas.

Invitado por el Fondo Nacional de las Artes, Rugoff -actual Director de la Hayward Gallery de Londres- se hospedó en Casa Victoria Ocampo entre el 11 y el 14 de noviembre. Allí recibió y conversó con diversos artistas visuales de nuestro país. De la iniciativa participaron la Fundación Proa, la Universidad de Tres de Febrero, la Dirección de Asuntos Culturales de Cancillería, el Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.

En su editorial sobre la Bienal de Venecia, Qué vivas en tiempos interesantes, usted dice que “el arte no ejerce sus fuerzas en el dominio de la política, pero tal vez sirve como una especie de guía sobre cómo vivir y pensar”. ¿Cómo llegó a esa idea?

Thomas Hirschhorn, un artista por el que tengo gran respeto, dijo que él no hace arte político. Pero, si lo ves, probablemente digas que es muy político. En su arte, él está tomando una posición; tiene una agenda política. El buen arte es complejo, lidia con temas y preguntas y no te da una respuesta del tipo “esto está bien”, “esto está mal”. Mucho arte político no se abre como forma de comunicación; ya llegó a una conclusión y no es que puedas hacer mucho: aceptás o rechazás. Pero el arte, espero, es un disparador que enciende tu propio pensamiento y te alienta a una exploración más profunda.

Estamos viviendo tiempos extraordinariamente complejos. Hay tantos temas para encarar y todo está conectado: por ejemplo, sabemos que colapsa un banco en Estados Unidos, luego colapsa otro en Italia y, de alguna manera, todo el sistema de la Unión Europea entra en recesión. Una de las grandes cosas que enseña el arte es pensar en un montón de aparentes contradicciones, a no tomar respuestas simples.

En muchas partes del mundo hay un discurso político muy polarizado, la gente no puede hablar entre sí y creo que estamos en problemas si continuamos por ese camino. El arte ofrece una forma diferente de pensar que es mucho más flexible, y no es sólo racional. Necesitamos una manera de pensar sobre cosas que no son sólo racionales. Obviamente necesitamos sistemas racionales de leyes, pero en cierto punto también debemos enfrentar el hecho de que no siempre actuamos racionalmente.

¿Cómo se logra que las personas se sientan involucradas cuando visitan una muestra?

Creo que todo el arte realmente bueno emociona e involucra. En mi trabajo en la Galería Hayward, en Londres, hemos tomado una obra que fue expuesta en una pequeña galería -y que tal vez vieron 500 personas- y la pusimos en un lugar al que van todos los días 500.000 personas, y la gente se vuelve loca por ella. Hay algunos artistas que hacen obras que son entretenidas. Eso es importante e inesperado. Creo que hay una relación muy interesante entre el arte y el humor, porque el humor se trata de lo inesperado, ¿no?

También desde el arte tiene que haber una invitación, para que como espectador no sientas que todo ya está hecho y tu único trabajo es admirar lo creado.

Cada vez que visito a un artista que no conozco y no tengo idea de qué encontraré, necesito tener un estado de confusión. Esa es una parte profunda de la experiencia de confrontar una obra de arte y pensar gradualmente qué me está haciendo sentir. Dudo en usar los términos “¿qué significa este arte?” porque el significado parece cerrar las cosas. La curiosidad es el gran agente del arte y realmente el buen arte nos hace sentir más curiosos.

¿Cómo define su criterio curatorial para la bienal?

Se trata de este tipo de cosas. Busco arte que te haga sentir más curioso, que sientas que es algo sobre lo que podés conversar, que cuando lo mirás sos parte de la conversación y esa conversación existe antes de que vengas y continuará después de que te vayas. Es un arte lo suficientemente abierto como para saber que tenés que involucrarte si querés tener cierto tipo de experiencia, pero también es lo suficientemente interesante visualmente, y te afecta de una manera que deseas explorarla.

Hay una gran expectativa sobre su tarea, que es uno de los trabajos curatoriales más expuestos del mundo. ¿Cómo lo vive?

Bueno, hay un tiempo limitado y miles de maravillosos artistas en el mundo. Tengo que incluir a ochenta artistas, entonces, lo más difícil es editar. Por otro lado, estoy tratando de hacer algunos experimentos, que no sé cómo van a salir.

¿Experimentos?

Con el formato, para que no sea lo habitual. No puedo decir más sobre eso ahora. Hay más de 300 bienales al año en el mundo. La mayoría tienen temas, pero no hay mucha experimentación con el formato. La gente parece aceptar esto, y para mí es donde algo debería ser diferente. Así que sí, ¡dedos cruzados!

En estos días se encontró con artistas locales que no conocía. ¿Qué impresión se lleva?

Estoy realmente impresionado con los artistas que conocí hasta ahora, que son realmente muy originales en su enfoque, muy profundos en su pensamiento, y hacen un trabajo muy sofisticado y original. Creo que realmente están experimentando. A veces, es muy difícil para un artista ponerse de pie cuando no hay una infraestructura comercial local. 

En lugares con escenas comerciales fuertes puede pasar que los artistas hagan sus piezas más para el mercado y dejen de experimentar. Entonces, a veces en lugares como este, si hay suficiente apoyo de las instituciones públicas, los artistas tienen una manera de sobrevivir y no están dominados por las instituciones comerciales. Y creo que eso puede llevar a una escena artística más interesante.

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