“El arte es lo más indisciplinado de todo lo que hacemos”

El alma máter de “Culebrón Timbal”, Eduardo Balán, fue reconocido con el premio a la Trayectoria Artística del FNA, en la disciplina Arte y Transformación Social.

“No importa cuántas personas haya en un shopping o en las cadenas de cine, siempre habrá en los barrios gente haciendo una murga, un programa de radio, una película. Todo es cultura, pero aquella que es entendida como comunitaria se edifica sobre un paradigma colaborativo. Las obras que hacemos a veces bajan su nivel sólo para hacer que un vecino más se sume. Sale un tipo de arte que es colaborativo no competitivo. La ley del más fuerte no puede resolver más nada en el planeta”, sostiene Eduardo Balán, decano de la mítica agrupación cultural “El Culebrón Timbal” y último ganador del premio a la Trayectoria Artística del FNA, en la disciplina Arte y Transformación Social.

El “Culebrón” nació en 1996 como un colectivo de rock, comic, cine, teatro y literatura que defiende el “mestizaje de estéticas” del conurbano bonaerense. Muchos recuerdan ver en las marchas su atractivo “Carromato”, el mismo viejo colectivo con el que recorrieron Latinoamérica llevando música, literatura y teatro a todas partes.

Años más tarde la organización se transformó en una Productora Escuela Cultural y Comunitaria, que actualmente gestiona una Escuela Popular de Arte y Comunicación gratuita para 300 niños, jóvenes y adultos, y el plurimedio comunitario “La Posta Regional”, en Cuartel V, Moreno, a 50 km de la Capital Federal. Uno de sus últimos proyectos es “Mnémora”, una película de ciencia ficción que fue filmada en las calles y fabricas abandonadas de la zona y que dentro de poco será re-estrenada.

Historietista, músico, escritor, educador y comunicador popular, Balán fue uno de los fundadores del “El Culebrón Timbal”. Es autor de numerosos artículos sobre arte, comunicación y cultura, inscriptos en la defensa de la democracia participativa, la economía social y la cultura viva comunitaria.

Como miembro fundador de la Red Latinoamericana de Arte para la Transformación Social y Articulación Latinoamericana Cultura y Política (ALACP) fue impulsor de la campaña “Pueblo Hace Cultura” y la Plataforma Puente-Cultura Viva Comunitaria, iniciativas que contribuyeron a crear el Movimiento Latinoamericano por la Cultura Viva Comunitaria y a la implementación del Programa “Puntos de Cultura” en distintos países de nuestro continente.

-¿Cuál es la clave para que una organización comunitaria se sostenga luego de 23 años?
-Creo que en nuestro caso, fuimos confirmado las ideas que nos sostenían aún frente a escenarios adversos o a la falta de recursos. Siguen siendo muy necesarias.
Me refiero a oponer a la idea de democracia exclusivamente representativa la concepción de una democracia participativa. También a defender la economía social, el mestizaje de lenguajes y, sobre todo, a entender que los jóvenes necesitan otro tipo de formación -más integral y holística- donde se mezcle su proyecto profesional, con su familia y su barrio. Hoy hay unos 20 chicos que conducen los destinos del Culebrón y creo que eso tiene que ver con que les describimos esto como una aventura. Lo que vieron es un estilo de mayores que apostaban a la aventura y que los convidaba a participar de ella. No eran nuestros destinatarios. Les decíamos “Va a haber que pelear, sumate”. Se trata de inventar todos los días y construir una voluntad muy fuerte de convertir la vida en un ejercicio de la libertad.

- ¿Cómo te definís, como educador popular o comunicador social?
-Es un problema que tengo. Por más que trato de que alguna veta sea la que más me defina creo que hay que combinar tres dimensiones.
La educación porque llevar adelante estos proyectos te obliga a producir conocimientos nuevos todo el tiempo y a generar ámbitos donde los grupos aprendan y produzcan su propio conocimiento.
La parte comunicacional es clave trabajarla porque estamos viviendo un momento donde todo lo relativo a ella floreció un montón, con nuevas herramientas tecnológicas y de diálogo simbólico entre las personas. Hoy no se puede hacer nada que importe sin pensar en ese aspecto, sobre todo para aquellos que tenemos la vocación de transformar la sociedad.
Lo artístico es fundamental porque finalmente el arte es lo más indisciplinado de lo que hacemos. Me refiero a crear algo que nos provoque una emoción y se pueda disfrutar colectivamente.
Llevar adelante proyectos de cultura comunitaria implica siempre estos tres aspectos.

-¿La cultura comunitaria puede transformar la sociedad?
- Pase de ver a la cultura comunitaria como un concepto que habíamos creado a verla como un descubrimiento. Fui tomando dimensión que toda la cultura en el fondo es comunitaria aunque pueda ser apropiada por el mercado. El tema es que a veces se ve a las expresiones de la cultura comunitaria como pintorescas - las banderas, lo muñecos-. A medida que nos vamos involucrando en ella, nos damos cuenta que lo nuestro no es ponerle colores a la cultura sino que estamos discutiendo el modelo de desarrollo, de instiucionalidad, de democracia y de industria cultural. Entonces esa idea de que la cultura comunitaria no vino a decorar la democracia sino a transformarla de raíz es un eje fundamental en mi vida y en esta experiencia en la que estamos embarcados.



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VI Congreso Iberoamericano de Cultura en Costa Rica, año 2014. Con Manuel Obregón, ex-ministro de Cultura de ese país, y Jorge Blandón de "Nuestra Gente", teatro comunitario de Medellín, Colombia.
En la campaña Pueblo Hace Cultura, año 2010.
Recital frente al Congreso Nacional
Campamento de la colonia "Buen vivir", en el centro Cultural Culebrón Timbal
Reunión de producción de la película "Mnémora"
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