“Hablar del Patrimonio es hablar de la memoria y de la identidad”

En la vida de Josefina Piana la protección del patrimonio argentino -en especial el cordobés- se trenza con historias de familia. Licenciada y Doctora en Historia de la Universidad Nacional de Córdoba, su vocación nació gracias a sus abuelos. “Tenía un abuelo al que le gustaba mucho la Historia. En aquella época, el primer grado se hacía a los cinco años y él me enseñó a leer con un libro que aún conservo porque tiene mis garabatos: El origen de las especies, de Charles Darwin. Sabrá Dios qué habré entendido. Me quedó dando vueltas esto de la historia y el pasado. Creo que la cosa empezó por ahí”, señala.

Piana -distinguida por el Fondo Nacional de las Artes con el Premio a la Trayectoria Artística en la disciplina Patrimonio- ejerció la docencia y fue directora de Patrimonio Cultural de la provincia de Córdoba entre 1999-2009. Define el trabajo en el área como una tarea colectiva, de grupos interdisciplinarios”. “Ya sea en tarea de campo o en restauración, cada uno tiene su especialidad. Trabajamos varios días seguidos con un tema, lo dejamos ´pastorear´ unos días y seguimos. No paramos de aprender porque siempre hay novedades en nuestras áreas y en otras”, dice. Y agrega: “No caminamos para llegar sino para ir. Hay un sentido de cooperación muy fuerte, y eso es enriquecedor”.

Consultada sobre los diversos proyectos que encaró durante décadas, asegura que “las experiencias más lindas se dan, sobre todo, en zonas del interior de la provincia”. Desde 1999, y durante 10 años, Piana trabajó con un grupo en tareas de restauración en la Estancia La Candelaria. “Está alejada de zonas urbanas, tiene una población rural muy dispersa y la primera escuela rural albergue de la provincia, a la que van no más de 30 chicos a la primaria. Llegan los lunes y los padres los buscan los viernes. Por las tareas de restauración nos quedábamos entre tres días y una semana. Les contábamos a los chicos lo que hacíamos y, detrás de ellos, venían los padres. Cuando llegaban las fiestas de la Virgen de la Candelaria, o traíamos un bien mueble restaurado, venía toda la población a caballo. Primero nos observaban un tiempo, pero la gente reconoce mucho cuando uno va a trabajar. Nos sentíamos habitantes permanentes de la zona. He visto crecer a lo chicos a lo largo de 10 años. A veces, cuando les preguntábamos qué iban a ser de grandes, nos decían ´Queremos trabajar en la estancia´. Eso no tiene precio”, relata.

Entre otros trabajos, destaca el proyecto “La voz de nuestros ancestros”, realizado con escuelas primarias cordobesas en el que la consigna fue recoger historias de los abuelos. “Cuando tuvieron que presentarlos, muchos vinieron con recetas y ¡trajeron a los abuelos!”, comenta. El trabajo fue coordinado por la Municipalidad de Nono y el Colegio secundario IPEM 135. Gracias una beca del FNA otorgada en 2017 para realizar la investigación se podrá editar el libro Hilando sentires. Antología de historias transerranas, con historias de pobladores criollos de la ladera occidental de las Sierras Grandes, de los maestros rurales y los chicos que van a esas escuelas. “Los textos de las entrevistas fueron hechos por los estudiantes del colegio y están acompañados con unas fotografías magníficas. Textos y fotografías son el despliegue de un abordaje antropológico impecable”, agrega.
Sobre la importancia de la protección del patrimonio, Piana explica: “Cuando hablamos del patrimonio estamos hablando de la memoria y de la identidad. Recuperamos de ese pasado las cosas exitosas porque proyectamos hacia el futuro un éxito. Pero no hablo solo de palacios sino también del éxito de la gente que sobrevivió exitosamente en zonas rurales perdidas, que criaron su ganado, las vacas y las ovejitas de las que comió el resto de la población para sobrevivir hasta hoy. Esos ranchitos perdidos también son el resultado de poblaciones exitosas. El pasado que estamos mirando y la memoria que estamos preservando son el éxito de un momento, de generaciones que han permitido que lleguemos hasta lo que somos hoy. Y lo que tenemos que cuidar”.

Actualmente, Piana dirige un equipo interdisciplinario de investigación sobre la historia de la Compañía de Jesús en Córdoba en la Universidad Católica de la provincia. “Armo mi vida actual de manera que los fines de semana me organizo para los nietos. Revivo aquello de mis abuelos. A mi me divierte y aprendo. Los chicos también lo necesitan”, dice. Y asegura que esa es una forma de proteger su propio patrimonio inmaterial. “Hago lo que hace mucha gente de nuestra población: revivir las recetas de los abuelos, hacer el guiso como lo hacían antes -destaca-. Es una satisfacción poder transmitir esas cosas”.

Si querés conocer a todos los ganadores del Premio a la Trayectoria Artística hacé click acá.