Retorno a las raíces de nuestra música

Una orquesta que emplea el legado instrumental de los pueblos originarios recibió una beca del FNA en 2016 para realizar un seminario sobre lutería medieval el investigador francés Christian Rault.

Aerófonos, vasijas silbadoras, bombos, figuras talladas de animales, dioses y calaveras: ingresar al estudio de la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías es como atravesar el umbral del tiempo y volver al universo de los pueblos originarios de América, a sus costumbres, sus ceremonias, sus saberes y su visión de mundo.

Ganadores en 2016 de una Beca Formación del FNA, esta particular orquesta integrada por docentes y alumnos de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) -de la Maestría en Creación Musical, Nuevas Tecnologías y Artes Tradicionales, y de las Licenciaturas en Música Autóctona Clásica y Popular de América, en Artes Electrónicas y en Ingeniería en Sonido-, realiza un trabajo interdisciplinario que incluye la investigación y reconstrucción de instrumentos autóctonos, su empleo en la composición e interpretación grupal, la confección de máscaras, vestuarios y coreografías que los acompañan, y la docencia.

“Nuestro enfoque es integral”, explica Juan Pablo Nicoletti, uno de sus miembros. Y, aunque el dato resulta curioso, lo cierto es que se impone con naturalidad, ya que la separación entre música, danza y teatro promovida desde Occidente tras la Revolución Industrial es una lógica que no existe siquiera hoy en las comunidades nativas. Pero ¿es posible integrar los instrumentos precolombinos con la tecnología digital más moderna y trabajarlos sin división alguna, como un todo, en un mismo proceso creativo? Este es un desafío que la orquesta decidió encarar.

Creado en 2004 por sus actuales directores -los artistas Alejandro Iglesias Rossi y Susana Ferreres-, el proyecto resulta único en el mundo por su completo abordaje, su particular cruce de tradiciones y su carácter público y gratuito. “La idea es recuperar estos instrumentos: componer con ellos, ponerlos en escena. Queremos volver a las raíces, pero siempre desde una mirada, un oído y una búsqueda actual”, sostiene Juan Pablo. Y es aquí donde la tecnología cobra protagonismo: en el planteo de una exploración profunda a nivel perceptual y en el derrotero hacia la exquisitez sonora.

“Somos una generación tecnológica, no podemos evitar usar la tecnología como un instrumento más: estudiarla, practicarla y ser virtuosos en sus distintos usos”, agrega Lucas Mattioni, otro de los integrantes de la orquesta.


Una clase magistral

Christian Rault, especialista en lutería medieval, ofrece un taller teórico-práctico a la orquesta gracias a una beca del FNA y funda las bases para futuras actividades conjuntas. Fotos: gentileza Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías.

El acontecer histórico lleva a los pueblos americanos a encontrarse con los europeos y el sincretismo entre sus instrumentos y técnicas de interpretación deviene inevitable. Es por eso por lo que la orquesta comenzó a estudiar también los orígenes musicales del viejo conteniente y a buscar especialistas en dichas áreas. Así descubrieron a Christian Rault, un pionero en la recuperación de instrumentos medievales y en la restitución auténtica de las sonoridades de la época. Diplomado en escultura en la École des Arts Decoratifs de París y formado en la Escuela de Lutería de Cremona, el investigador es un referente a nivel mundial. “Hacía mucho tiempo que queríamos trabajar con él, por eso cuando nos enteramos de la convocatoria del FNA no dudamos en aplicar”, afirma Lucas.

A partir de la beca Christian pudo viajar a Argentina y ofrecer a los músicos de la orquesta un seminario intensivo- “Verlo trabajar es único -dice Julieta Szewach, otra de las integrantes del grupo-. No realiza simplemente réplicas de las piezas. En el proceso de reconstrucción también considera la tradición que arrastran y su proyección futura: quiénes las tocarán y de qué manera”.

Video de la UNTREF sobre el taller de lutería medieval.

Un camino de conocimiento

Si hay un punto en común entre los instrumentos ancestrales de América y de Europa, es que ambos transmiten la cosmovisión de su época. A menudo, los lutiers medievales eran también sacerdotes, filósofos o sabios que plasmaban en su construcción todos sus conocimientos de astronomía, física y matemáticas. Del mismo modo, los pueblos originarios fabricaban piezas mediante técnicas que manejaban a la perfección (como los sistemas de riego o el moldeado de la arcilla) y con el material que manipulaban a diario (cuero, huesos y uñas de animales; cañas, maderas y semillas de las zonas que habitaban, etc.).

Estos instrumentos son verdaderas piezas de cultura, y reunidos juntos en un mismo escenario, otra vez vibrando, despiertan todo tipo de sensaciones, producen piel de gallina. El viento que se filtra entre las rocas, los cantos de las diferentes aves, atemorizantes golpes de alerta, las voces de los mismos dioses: sus sonidos transportan. “Son elementos que poseen una ritualidad y una sacralidad que nuestra orquesta también propone y que, al menos para mí, es su principal atractivo”, subraya Julieta. Y concluye: “Se trata de una búsqueda más espiritual de lo que es realmente la música, de un verdadero camino de conocimiento”. Un sendero, podría agregarse, sobre el que estos músicos, paso a paso, ya han plasmado sus propias huellas.

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