“Solo creo en la gente que tiene tantas ganas que no la para nadie”

La maestra de danza Cristina Barnils será distinguida por el FNA con el Premio a la Trayectoria Artística 2019 en la disciplina Danza.

Desde hace 50 años, Cristina Barnils tiene la fortuna de hacer algo que ama: enseñar. Maestra de danza querida por varias generaciones de bailarines, este año el Fondo Nacional de las Artes le otorgará el Premio a la Trayectoria Artística en la disciplina Danza.

Tal es el amor de Barnils por la danza que, aunque hace unos meses -con 74 años- quiso retirarse, su corazón, su cuerpo y sus alumnos se lo impidieron. “Duré dos meses. ¡Me volví loca! A mi me importa todo esto”, explica. Y agrega: “Los alumnos son como hijos. Siempre quieren que estés ahí. Y yo, por ahora, sigo ahí”. Muchos de sus estudiantes desarrollaron carreras exitosas en el país y el exterior.

La historia de Barnils y la danza es una historia de vida: a los cuatro años mientras veía ballet dijo que eso era lo que quería hacer. Su familia aprobó, consiguió una maestra particular y cuatro años después la pequeña Cristina entraba en la Escuela Nacional de Danza. Aunque cursó ocho de los diez años de la carrera, nunca más se apartó de la danza.

Barnils formó parte de elencos que bailaron en el país y en el exterior, recorrió el país como bailarina y asistente coreográfica en una gira de los rusos Andréi Vassiliev y Ekaterina Maximova, dirigida por Oscar Araiz, y formó parte del Ballet Contemporáneo del Teatro Municipal General San Martín (TMGSM), cuando era dirigido también por Araiz.

A los 24 años empezó  su tarea docente y descubrió en esa tarea un mundo que la llena. “Hay gente que enseña y hay gente que es maestra. Para un maestro un alumno es como un hijo -recalca-. Sé cosas de mis alumnos que ni yo misma sé que sé. Hasta que de pronto pasa algo y empiezo a decir una cosas… porque escucho, porque presto atención”.

Durante una década, Barnils fue docente en el Taller de Danza del TMGSM. También se desempeñó como entrenadora en Técnica Graham para el Ballet de ese teatro y enseñó la técnica en el Ballet de Julio Bocca; creó y dirigió por cuatro años el Taller de Danza de El Camarín de las Musas; y dictó un curso para varones bailarines de tango y folklore en la escuela de danza Arte XXI durante dos años. Ella misma se formó con grandes maestros como Aída Mastrazzi, Renate Schottelius y Ana Itelman, entre muchos otros, y realizó investigación con la pianista y pedagoga chileno-argentina Fedora Aberastury. 

-¿Qué significa ser maestra de danza?
-Para lo que yo hago ser maestra de danza es cuidar el cuerpo y la formación de una persona para que pueda poner el alma adentro. Y nada más. Sí es técnica pero no es virtuosismo. Es que encuentren que bailar es algo que les pertenece. El estudiante de danza quiere hacer, hacer, hacer y se olvida mucho de lo que siente. Y yo me ocupo de que pueda juntar las dos cosas.

-¿Cuándo llegó a este concepto? ¿Cuando empezó a enseñar pensaba cosas diferentes?
-No creas. Mi primera alumna se llama Morena y ahora vive en España. Para dar clases levantaba la cama de mi dormitorio y la hacía agarrarse de la ventana como si fuera una barra. Después leíamos poesía, porque esto era en mi casa, yo estaba sola y ella era jovencita. Se ve que mi manera fue así desde siempre. Mucha gente que me vio bailar vino a buscarme para que le enseñara. Y me encanta. También soy Maestra Normal. 

-¿Qué nutre a un buen bailarín o bailarina? 
 -Las ganas. Solo creo en la gente que tiene tantas ganas que no la para nadie. Eso pasa con todo y con las artes en especial. Ahora se usan las bailarinas largas, flacas y altas pero tengo una chiquitita que sé que va a llegar. 
Cuando estábamos en la Compañía (N de la R: en referencia al Ballet Contemporáneo del TMGSM) entrábamos a las 9 de la mañana, hacíamos clase, teníamos 15 minutos de descanso, ensayo, una hora para almorzar y seguíamos hasta las 5 o 6 de la tarde. Y después seguíamos: nos prestaban una sala en el San Martín o en el Teatro Sarmiento y hacíamos clase entre nosotros. 

-¿Qué sensaciones tiene cuando baila? 
-Cuando bailaba. Ahora doy clases, muestro lo que puedo. Milagrosamente. Lo agradezco cada día. Pienso que eso tiene que ver con el trabajo que hice con Fedora. Pero, sobre la pregunta, algunas veces se juega el ego, en otras nada que ver con eso, te recontra metés en el personaje. Siempre es diferente.
Tuve la suerte de tener la experiencia maravillosa de hacer temporada en el Odeón por varios años, de martes a domingo, con doble función viernes y sábado. Eso es muy poco común para un bailarín en cualquier parte del mundo, a no ser que sea comedia musical. Y es impagable. No soy rica, pero siempre viví de la danza. Para mí eso es maravilloso.  

-¿Qué le dieron a usted sus alumnos?
-Distintas cosas en distintos momentos. Te puedo decir lo que me dan hoy: el mejor momento del día.  

Si querés conocer a todos los ganadores del Premio a la Trayectoria Artística hacé click acá

Cristina Barnils en "Cadena de fugas".
Cristina Barnils y J. Campitelli en "Fedra".
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